jueves, 27 de junio de 2019

Algo más que palabras


Contrariedades mundanas, que nos deterioran humanamente.
“Hay realidades positivas que se pueden cosechar sembrando una sonrisa”.

El universo de las contrariedades continúa habitando en todos nosotros, así como las incertidumbres que también nos dificultan a la hora de abrir caminos coherentes, lo que facilita un deterioro humanístico, con graves daños en el plano psicológico y también espiritual. Ante estas situaciones, no podemos olvidar que la persona en su integridad, es lo primordial, y lo verdaderamente digno de salvaguardar. En consecuencia, creo que lo significativo de nuestra época, ya no es tanto el sentirse uno vivo, como el  poder abrigarse de quietud ante el tormentoso diluvio de inquietudes que nos acorralan, y que nos suelen provocar un continuo estado nervioso que hace que reaccionemos mal. A mi juicio, lo trascendente ante este desánimo, radica en poseer confianza en uno mismo, porque las corrientes tormentosas siempre han estado ahí, y ha sido nuestra lucha la que nos ha puesto en la orientación de la luz, pues la esperanza radica en saber rehacerse y renacerse hacia otras atmósferas más integradoras, con menos divisiones y más serenas. Téngase presente que el estancamiento, o los mismos hechos violentos generados entre humanos, no contribuyen a ningún avance que no sea el activo inhumano.

Desde luego, tenemos que tomarnos la vida con otro ánimo más solidario, ya que nada se construye por sí mismo, necesitamos de ese espíritu de unidad que nos regenere como auténtica familia. Seguramente tendremos que practicar el silencio en vez del griterío, la pausa en lugar de la prisa, el unirse y el reunirse escuchando más. Hay realidades positivas que se pueden cosechar sembrando una sonrisa. Otras veces, bastará una mirada acariciadora para derrotar la arrogancia del análogo. En suma, tal vez tengamos que actuar más con el corazón para ser verdaderos guías de lo armónico, óptimos consejeros y mejores maestros de acción, sobre todo a la hora de esperanzarnos. Para empezar, necesitamos romper cadenas. Humanizarnos en definitiva. Los niños no deberían trabajar, sino formarse y cultivar sus sueños. Lo que se les enseñe, lo devolverán con creces. Uno suele dar lo que recibe. Sin embargo, hoy en día según la OIT, ciento cincuenta y dos millones de menores todavía se encuentran en situación de trabajo infantil. Una sociedad que no es capaz de ayudarles a crecer en un clima de auténtica paz y que, además, tampoco respeta a sus mayores, más pronto que tarde desaparece, por ser incapaz de dar un rostro compasivo a la tierra. Por ello, cuando la calma no llega y el sufrimiento se prolonga, podemos quedar como abrumados, aislados, y entonces nuestra vida se deprime, hasta el punto que nos deterioramos humanamente.

Por desgracia, aún veinticinco millones de personas son víctimas de la esclavitud moderna. Tenemos la oportunidad de propiciar el cambio, lo fundamental es construir entre todos un futuro con trabajo decente. Precisamente, la sesión de este año de la Conferencia Internacional del Trabajo, reunida en este mes de junio con más de cinco mil delegados de todo el mundo, trabaja por encontrar soluciones a los desafíos del futuro del mundo del trabajo, con miras a la adopción de un importante documento final, donde se tendrán en cuenta derechos fundamentales, tanto la libertad sindical y de asociación y reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva; como la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio; la abolición efectiva del trabajo infantil, y la eliminación de la discriminación en el empleo y la ocupación. Lo sustancial, por consiguiente, es superar estas contrariedades y no desvanecer en el empeño de rescatar cualquier proyecto existencial. Se me ocurre pensar  en un programa de televisión, que está intentando acabar con la paradoja que se da en Perú: en un país con una gastronomía reconocida en todo el mundo, siguen existiendo altos índices de malnutrición. “Cocina con Causa” enseña a los peruanos a aprovechar los recursos disponibles de forma creativa.

Indudablemente, el factor del alumbramiento ético es vital para salir de este deterioro humano en el que a veces nos encontrarnos en cualquier parte del orbe. Sin duda, la destrucción del ambiente humano es algo muy grave, porque no es de recibo degradarse o esperar que alguien cambie estilos de vida, sin nosotros apenas hacer nada. No olvidemos que el auténtico desarrollo humanístico, ha de ser mundializado y colectivamente responsable, aparte de poseer un carácter moral, lo que supone el pleno respeto hacia todo ciudadano, pero también hacia esa esfera natural, que merece asimismo, ser protegida, no avasallada, por ese otro gentío más destructor que constructor. Afrontadas las contrariedades mundanas con valentía y paciencia, suele esclarecer, pues la victoria es de aquellos que se levantan tras las caídas, sin desanimarse, y persisten en la hazaña. No es cuestión de lamentos, sino de crear unión y de hacer piña, ante las dificultades de la vida, de sostenerse en definitiva y de sustentar otros hombros, para consolidar aquello de aguanta para que te aguanten. Al fin y al cabo, todos dependemos de todos.
               
Víctor Corcoba Herrero/ Escritor

miércoles, 19 de junio de 2019

Jesús Padillla Zenteno fue electo para un tercer periodo al frente de COPARMEX CDMX



Ciudad de México.
Jesús Padilla Zenteno recibió en Asamblea Extraordinaria, el reconocimiento y confianza del Consejo Directivo y Socios del Centro Empresarial Ciudad de México, por lo que fue electo para presidir un tercer periodo al frente de dicho organismo, comprometiéndose a dirigir sus esfuerzos para continuar consolidando la posición de COPARMEX en la Capital, a través de un mayor acercamiento con la sociedad y propiciar un diálogo fructífero con el Gobierno Federal, la Jefatura de Gobierno, el Congreso de la Ciudad y el Poder Judicial, aportando propuestas para incidir en políticas públicas e impulsar la productividad y así lograr más y mejores empleos que tanta falta hacen hoy en la capital del país.

“Vamos a continuar empujando los propósitos que nos animaron al asumir las riendas de este organismo. Mayor impacto en la vida pública, profesionalismo y crecimiento”, sentenció.

Recordó que no hay libertad política, sin libertad económica, por ello no dejará una sola acción por luchar en la legítima defensa de los intereses del empresariado de la capital y, para lograrlo, expresó que mantendrá la ruta de diálogo eficaz con la autoridad, como ha sido hasta el momento, además de desplegar una gran estrategia de vinculación con los otros organismos empresariales en la Capital, así como con organizaciones de la sociedad civil, para ir bien acompañados.

“El entorno marcado por la incertidumbre y un ambiente de poca certeza para los negocios no parece fácil”, observó, por lo que, añadió: “Seguimos pensando que el trabajo digno es el gran cimiento para la solución de los más ingentes problemas sociales de nuestro tiempo; por ello, pugnamos por más y mejores empresas como condición clave de las condiciones de prosperidad para todos”.

El dirigente empresarial, con amplia experiencia en la construcción de ciudadanía, destacó que es necesario crear una amplia estructura de apoyo, una base social que recoja y defienda las propuestas del sindicato de empresarios en el entendido de que en conjunto, podrán lograr más que si lo hacen por separado.

Padilla Zenteno señaló que en su nueva gestión impulsará con mayor intensidad, una agenda relacionada con la movilidad integral, la seguridad pública plena, eficaz Estado de Derecho, mejor medio ambiente y desregulación para provocar mayor competitividad en la Capital del país, por lo que calificó como urgente y necesaria la relación con la sociedad para poder aprovechar cada coyuntura e incidir en el rumbo de nuestra nación y para actuar en favor de quienes menos tienen. “Necesitamos estar a la altura de ese reto”, destacó.

Añadió que en el sector empresarial “necesitamos empresas con rostro humano, altamente productivas y de alto impacto social y para lograrlo, debemos continuar con la formación de empresarios con el ADN COPARMEX”.

El acto oficial de toma de protesta para el nuevo periodo se realizará en las siguientes semanas. El primer periodo de la presidencia de Jesús Padilla Zenteno fue de 2016 a 2018 y ha sido reelecto para los siguientes dos periodos de un año cada uno.

Algo más que palabras


Nuevas pasiones para activar otro porvenir
“No desgarremos con nuestras propias uñas, nuestros oportunos latidos”.

 Es tiempo de unir voluntades hacia esa cultura del abrazo, de la consideración hacia todo ser humano por minúsculo que nos parezca, de reflexionar conjuntamente sobre nuestras andanzas globales, de priorizar a la persona sobre la sociedad, la familia sobre otras instituciones, la ética sobre la política; máxime cuando algunas gobernanzas, fomentan descaradamente la discriminación y la xenofobia. Nos merecemos otros horizontes más justos, más respetuosos con la vida de todos; y, en este sentido, es primordial contar con una actividad laboral decente en todo el planeta. Hay que hacer posible una participación equitativa entre los moradores en las riquezas a cuya creación contribuyeron, cada cual desde su misión, pues todos tenemos el derecho, así como el deber, de poder desarrollar plenamente el potencial humano. No desgarremos con nuestras propias uñas, nuestros oportunos latidos.

Naturalmente, hacen falta nuevas pasiones, creativos impulsos al compromiso social y gubernativo, ciudadanos libres y fuertes orientados a trabajar responsablemente por la humanidad, individuos con coraje dispuestos a servir más que a ostentar poder, gentes de palabra, con anhelo y esperanzados con la verdad, seres con valor que hagan de su historia de vida, un tiempo de entrega, que sin duda influirá positivamente tanto en el escenario moral privado de cada cual, como en el contexto público al que todos nos debemos, con miras a fermentar ese bien colectivo del que todos hablamos, pero apenas hacemos nada por ello.

En efecto, se requieren otras pasiones más auténticas, de menos arrogancia y más humildad, con otro espíritu más solidario, pues si es esencial trabajar unidos por el bien colectivo, también se precisa otra hospitalidad más fraterna, otro cobijo en el que nadie se encuentre avasallado, esclavo de los dominadores. En nuestra legendaria hemeroteca hemos tenido soñadores valientes, se me ocurre pensar en los fundadores de una Europa unida. Ahora el mundo ha de hermanarse. Por eso, hemos de propiciar otros vínculos, con otra política más poética, de sabia tolerancia y de ilustrado quehacer por lo armónico. Sin duda, tenemos que salir definitivamente de los callejones de la intransigencia y el odio. Al fin y al cabo, todos somos supervivientes de nuestras contrariedades.

Precisamente, este 2019 marca el décimo aniversario de un cambio de paradigma, en la manera de entender el flagelo de la violencia sexual relacionada con el conflicto y su impacto en la paz y la seguridad internacionales, así como en la respuesta que debe darse para prevenir tales delitos y los servicios multidimensionales que necesitan los sobrevivientes de este tipo de barbarie. A pesar de este canje de paradigma, hemos de reconocer que continúa siendo esencial garantizar la justicia para dichas personas y sus proles, al tiempo que ha de ponerse fin a la impunidad de los perpetradores de la crueldad sexual en absurdas luchas.

Quizás, hoy más que nunca, tengamos que echar una mirada retrospectiva sobre lo recorrido, y también será saludable que sepamos mirar, más y mejor, a nuestro alrededor; al menos, para ahuyentar las nuevas formas de injusticia y de esclavitud. No podemos seguir degradándonos como especie pensante. La actual deshumanización es un gran peligro. Que no nos paralice el miedo a la corrección. Hemos de hacer algo. A propósito, se demandan otras actitudes entre semejantes para activar otro porvenir, para que cada morador pueda dar su aportación específica al bien común, hallando al mismo tiempo un sostén beneficioso para desplegar lo mejor posible sus propias cualidades. Sea como fuere, cualquier situación se puede superar, con dedicación y desvelo hacia lo que se hace y se quiere conseguir. Así, todos en mayor o en menor medida, tenemos la posibilidad de superar esta crisis, desbordada por corazones de piedra. Cuando en verdad despertemos y no neguemos al prójimo su humanidad, que es también de un modo u otro nuestra naturaleza, tomando otra actitud menos hipócrita, pues nuestra primera misión tal vez sea la de actuar libremente, la de pensar y hablar sin doblez, la de ser uno mismo, lejos del ropaje de lo políticamente correcto y de las modas ideológicas, entonces se producirá la auténtica confluencia de culturas.

Pero la situación es la que es, y lo cierto es que el desempleo es verídico, que la coacción está en cualquier esquina del mundo, que la corrupción campea a sus anchas por doquier, que la crisis de identidad es real, que el vaciamiento de los principios democráticos es innegable. Toda esta atmósfera, que entraña un grave peligro para  la propia especie en su conjunto, lo que debe hacernos es activar la visión hacia otro camino, en el que todos contemos, con firmeza y espíritu conciliador. La receta de San Francisco de Asís, puede contribuir a mejorar el ambiente, apliquémosla: “allí donde haya odio, que yo ponga el amor, allí donde haya ofensa, que yo ponga el perdón; allí donde haya discordia, que yo ponga la unión; allí donde haya error, que yo ponga la verdad”. Esta fórmula, desde luego, que me parece una saludable emoción para salir adelante. A mi juicio, es un sano fervor, que contribuye a acrecentar una nívea pasión, el sueño de una definitiva muda de aires hacia la concordia. Bienvenido sea el lenguaje del alma.
Víctor Corcoba Herrero/ Escritor