miércoles, 27 de julio de 2016

Edición 84 de la Guelaguetza cautiva y enamora a miles de visitantes

  • Con un renovado Auditorio y con lleno total, más de 11 mil personas disfrutan de esta importante fiesta étnica considerada como de las más importantes de México y América Latina.
  • El Gobernador Gabino Cué Monteagudo participa en esta fiesta de la hermandad, acompañado por la Diosa Centéotl 2016, Leticia María Reyes Salinas, originaria de Santiago Jamiltepec.



Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- Con un renovado Auditorio que lució pletórico con la instalación total de la velaria y que proyectó la majestuosidad del Cerro del Fortín, fue como se desarrolló con lleno total la edición matutina del Primer Lunes del Cerro, donde como hace casi un siglo, se expuso la música, bailes, trajes regionales y un sentimiento de hermandad que distingue la grandeza y gallardía de los pueblos de las ocho regiones de Oaxaca.

Durante más de tres horas y media de espectáculo artístico, turistas de México y de otras latitudes disfrutaron con igual emoción de la riqueza cultural y folclórica que hacen de Oaxaca el polo cultural de México.

Minutos antes de las 10:00 horas, el Gobernador Gabino Cué Monteagudo arribó al Auditorio Guelaguetza, el cual lucía abarrotado por más de 11 mil personas dispuestas a disfrutar de la festividad étnica racial más importante de México y América Latina, que en esta ocasión estuvo a cargo de 14 delegaciones que compartieron sus danzas y tradiciones.

Acompañada de sus hermanas y paisanas de las ocho regiones de Oaxaca, la Diosa Centéotl 2016, Leticia María Reyes Salinas, originaria de Santiago Jamiltepec, dio la bienvenida a los visitantes nacionales y extranjeros presentes en la Rotonda de la Azucena, invitándolos a disfrutar de este espectáculo único en el mundo, así como de todas las maravillas que ofrece esta tierra prodigiosa.

Posteriormente, con la espiga de maíz labrada en hojalata entre sus manos, la representante de la Diosa Zapoteca atravesó el Auditorio, para situarse al lado del mandatario, quien como un oaxaqueño más, participó de esta fiesta de la hermandad, en compañía de la Secretaria de Turismo y Desarrollo Económico, Ángela Hernández Sibaja, para presenciar la máxima fiesta de las y los oaxaqueños.

El sonido de los tambores de doble parche, el caracol y las flautas de carrizo de los chirimiteros anunciaron el inicio de esta festividad, abriendo paso a la delegación de las Chinas Oaxaqueñas, quienes con sus canastas de carrizo llenas de flores y su convite de monos de calenda, marmotas y faroles de papel celofán, inundaron de folclore el Auditorio al ritmo del Jarabe del Valle.

Desde la región de la Costa, la delegación de Santa María Huatulco presentó sus sones y chilenas que con pasión y orgullo los representa. Le siguió la delegación Santiago Llano Grande conformado en su mayoría por hombres, que ataviados con traje negro y máscaras de madera y piel, presentaron con pazos frenéticos la Danza de los Diablos que se baila en los días de Muertos.

Con blusas blancas, rebozo y faldas floreadas en las mujeres, así como camisa y pantalón de manta en los hombres, la delegación de Miahuatlán de Porfirio Díaz presentó “El Palomo Miahuateco” y los versos del guajolote, que consiste en un baile armonizado por las notas de un violín, que representa el cortejo y la fertilidad de las mujeres.

A pesar de que las nubes amenazaban con dejar caer una fuerte lluvia sobre el Cerro del Fortín, los 11 mil asistentes no dejaron de aplaudir entusiasmados durante la presentación de las delegaciones.

Desde la cuna de María Sabina, la delegación de Huautla de Jiménez arribó al Auditorio para compartir una de sus tradiciones conocidas como el Lavado de Cabeza de los novios, y bailar sus sones.

Posteriormente, con sus imponentes marmotas, la delegación de Tlacolula de Matamoros hizo su aparición para compartir con los visitantes nacionales y extranjeros, así como con el mundo entero su Mayordomía y bailar el tradicional Jarabe del Valle.

Desde el Istmo de Tehuantepec, la delegación del Espinal conformada por hermosas mujeres, que con orgullo portaban sus trajes de terciopelo floreados, presentó sus velas istmeñas –de Primavera, San Juan, San Mateo y El Rosario- que se realizan en las fiestas tradicionales de la región.

Posteriormente, los “jamás conquistados” de San Pedro y San Pablo Ayutla, Mixe hicieron su aparición para presentar sus sones y jarabes, no sin antes dar una muestra de sus ceremonias que realizan para pedir por el bienestar de su hogar, el campo y al Rey Condoy; un ser místico que les prometió volver y aún esperan su llegada.

Entre las olas humanas que se formaban desde los cuatro palcos del Auditorio, los Danzantes de la Pluma de Villa de Zaachila, con sus penachos multicolores, se apoderaron de la Rotonda para presentar con sus inigualables pasos, una de las muchas danzas de conquista que se baila en México, y que está compuesta por marchas, shotis, himnos, pasos dobles y sones.

Como cada año, las mujeres de San Juan Bautista Tuxtepec ataviadas con sus huipiles de colores que maravillan al mundo, volvieron a cautivar a los asistentes con su tradicional Flor de Piña, aquella que ejecutan con una sincronía sin igual que provoca el furor de los asistentes y hace vibrar el Cerro del Fortín.

Continúo la delegación de San Andrés Huaxpaltepec, que llevó a cabo su tradicional mayordomía y fandango de cajón, que terminó con sus bailes tradicionales como las chilenas y sones.

Desde la Tierra del Sol, la delegación de Huajuapan de León, hizo su aparición con la Canción Mixteca de José López Alavés, la que se canta con sentimiento y que hizo que todos los asistentes ondearan sus sombreros para recitar la estrofa: “Que lejos estoy del suelo donde he nacido; inmensa nostalgia invade mi pensamiento, y al verme tan solo y triste cual hoja al viento, quisiera llorar, quisiera morir de sentimiento…”

La tarde transcurrió con la presentación de las velas istmeñas en Honor a la Virgen, a cargo de la  delegación de  Unión Hidalgo, concluyendo con los sones y chilenas de Santiago Pinotepa Nacional, la reina de toda la Costa y sultana del mar, que inyectó alegría y  picardía a los asistentes.


La edición matutina del primer Lunes del Cerro, concluyó con el tradicional Son Calenda, que concentró a las y los integrantes de las 14 delegaciones a bailar en la Rotonda de la Azucena, demostrando una vez más, el por qué la Guelaguetza es la festividad étnica racial más grande de América Latina.

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