Hace nueve años, un terremoto sacudió Haití. El balance fue
estremecedor: 220,000 muertos, un millón de heridos y la mitad de la capital,
Puerto Príncipe, completamente destruida.
En aquel entonces, las Naciones Unidas tenían desplegada la
Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití. Un total de 102
personas de la Organización perecieron, entre ellos la enviada especial, Hédi
Annabi, y su segundo, Luiz Carlos da Costa, y 96 cascos azules.
Una de las supervivientes fue Sophie Boutaud de la Combe,
ahora jefa de Comunicaciones de la Misión de Apoyo de a la Justicia en Haití, una
misión mucho menor que la anterior, que llegó a contar con un componente de
casi seis mil personas, de las que cerca de cinco mil eran militares y
policías, que tuvieron una importante labor en las tareas de recuperación tras
el desastre.
En 2010, Boutaud estaba embarazada de siete meses y se
encontraba en la sede la Misión cuando el terremoto sacudió el país. El
edificio se derrumbó por completo, pero ella se encontraba en una sala de
reuniones a nivel del suelo y logró escapar a través de una pared que se había
caído también.
Durante horas ella y otros compañeros buscaron por posibles
supervivientes que hubieran quedado atrapados entre los escombros. Dos días más
tarde, tuvo que abandonar Haití a su pesar, situación que describe como un
“trauma” pues su instinto le llamaba a ayudar a la ONU y la gente de Haití.
Boutaud regresó al país en 2013, contenta de poder
representar un papel en la reconstrucción de Haití y honrar con a los
compañeros perdidos durante el terremoto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario