jueves, 3 de julio de 2014

Artistas independientes, los grandes sustentadores de la cultura: Saúl Ibargoyen

Los movimientos culturales independientes son abundantes y variados, mientras el sistema se conforma con 10 o 12 nombres, apunta; Ibargoyen participará en la FUL 2014 con 3 obras

Pachuca de Soto, Hgo., a 3 de julio de 2014.- Poeta y escritor prolífico Saúl Ibargoyen subraya la confusión en la que se desarrolla la poesía mexicana, a razón de que los movimientos culturales se realizan de forma autónoma por grupos y artistas independientes y diversos de toda la República, quienes se desarrollan por fuera del sistema debido a las restricciones impuestas por las instituciones culturales a través de los cánones.

“En México ha sido muy claro, sobre todo el canon establecido por los contemporáneos, soslayándose en los estridentistas y el canon posterior con Octavio Paz, que tiene implicaciones político-ideológicas”, explica el poeta nacido en Uruguay al precisar que esas restricciones del sistema generan respuestas a contra sentido, provocando una enorme producción que pasa desapercibida pero es uno de los grandes sustentos de la cultura que no se ve pero conecta con el pueblo en general.

En el marco de la Feria Universitaria del Libro, FUL 2014, a realizarse del 22 al 31 de agosto en la ciudad de Pachuca de Soto, Hidalgo, Saúl Ibargoyen compartirá con el público hidalguense parte de su obra literaria, con la presentación de la novela “Toda la Tierra”, el libro de poemas “Maldita Mía”, editado por Sediento Ediciones y “Los Cuates de Candelita“, obra de teatro para niños que en 2007 recibió un premio de la SEP para integrarse al programa Bibliotecas de Aulas y este año sale por primera vez en edición comercial realizada por Textofilia.

Tomando en consideración que Francia será el país invitado durante la FUL 2014, Ibargoyen comparte su novela “Toda la Tierra”, publicada en Francia bajo el sello Edition Á plus d’un titre y en México, por la editorial EON. En esta obra, el poeta relata el desarrollo de una familia que habita en la frontera entre Uruguay y Brasil, con una historia que se desarrolla en portuñol, una mezcla de español y portugués.

“Hay una limitación ahora y no sé cómo podrá abrirse. Lo que tratamos es seguir trabajando, conectando por fuera, teniendo contacto con los colegas y en lo posible estar fuera del aparato, aunque mantenga una relación laboral con las instituciones culturales, porque el Estado tiene la responsabilidad de fomentar la cultura”, afirma el lector incansable del Quijote y reflexiona sobre la naturaleza del canon como reflejo de la ideología dominante, que establece lo correcto y lo incorrecto e intenta ajustar todas las producciones bajo un mismo molde.

Asiduo lector de literatura mística, religiosa y poesía islámica, exalta la trascendencia de la poesía como canal de denuncia y reflejo del acontecer histórico, pero apunta que la estridencia y las tentaciones actuales de caer en los artífices tecnológicos y el gran show, distraen a la actividad creativa para convertirla en espectáculo, en bullicio, en farándula, porque el grito atrae pero no sensibiliza.

“El tiempo del poeta es distinto del tiempo histórico, pero el primero se nutre del segundo. No podemos ser como los exquisitos que miran la historia a lo lejos. Uno está metido ahí, adentro, a nivel de cancha, no en las tribunas”, afirma entre risas el reconocido escritor quien revela que la construcción de un poema es un proceso largo, que toma tiempo, recopila memorias del poeta y sentires de otros tiempos y en un momento dado se unen y crean una obra nueva.

En el mismo tono, Ibargoyen celebró la cada vez mayor participación de la juventud en los movimientos culturales, no obstante advierte que la literatura requiere de preparación previa, conocimientos y sensibilidad, para que la obra surja cuando el tiempo personal coincide con el tiempo de la poesía.

No obstante, confía “la inspiración no existe, es la sensibilidad del artista que puede transformar los estímulos de la realidad en algo nuevo” y relata cómo un hecho cualquiera se percibe de forma distinta desde la mirada del poeta, “un perro tirado en la calle para todos es un hecho, pero va más allá… estás pensando en la muerte, en la fugacidad de las cosas, en el azar. No solamente es la descripción de un hecho, va más allá”.

Finalmente, afirma que el poeta es un ser histórico y cuando escribe está realizando un producto histórico en el caso de que lo comunique, sin embargo explica que la selección de temas no es un proceso premeditado, aunque pudieran caer muy bien en un cierto momento histórico y se genera una especie de modelo y el poeta está obligado a ser leal a su propia necesidad.


“La necesidad que comienza a expandirse va a implicar una responsabilidad. Los poetas deben entender que su trabajo no cambia la realidad del mundo, pero va a influir en determinados círculos y debe influir en un sentido de autonomía, fuera de toda manifestación del poder”, concluyó.