miércoles, 22 de febrero de 2012

Columna


Reflexiones
Por: Francisco Alfaro.

LA EDUCACIÓN Y EL MEXICANO.

He confundido comúnmente el concepto de educación e instrucción, pero ambos tienen relación, la palabra viene del latín y es: educere, que significa “guiar, conducir” y educare: que significa “formar, instruir”, pero también implica poner conocimientos y extraerlos, comúnmente pretendemos que sean los profesores quienes den toda la educación a nuestros niños, tanto en el ámbito de los conocimientos y enseguida en los modos de actuar más anheladas y estimados  por la sociedad.

Comportarse bien en todo momento, ser honestos, no mentir, cooperar, no hablar de los demás, etcétera, y he de decir que estos elementos sólo pueden ser reforzados en las instituciones educativas, ya que corresponde a nosotros los padres y a nuestros hijos el formar, entender, y actuar con los principios que nos ayuden a mantener mejores y adecuadas relaciones con nuestros semejantes, esta no es única labor de un docente, sino de la sociedad en su conjunto, todos finalmente nos convertimos en el ejemplo de nuestros niños, ¿Cómo queremos una mejor sociedad si no actuamos para constituir una mejor sociedad?, la violencia, los robos, los asesinatos, las mentiras de los que dicen dedicarse a la política, la soberbia y desdén que observamos en los gobernantes, la altanería de muchos servidores públicos, la prepotencia de quienes se dicen autoridades, la respuesta del enojo hacia los niños por parte de los padres que dicen no tener tiempo para sus hijos, el menosprecio por parte de algunos que tienen alguna educación universitaria por las demás personas. La corrupción que tenemos muchos, el miedo a enfrentar nuestra responsabilidad.

Hasta aquí podemos preguntarnos porque tantos problemas en nuestra sociedad, recordemos que la educación no solo se da en las escuelas, también donde no hay escuelas existe una educación, quizá no formal, pero la hay.


¿Cuál es la razón por la cual yo no tenga un código de ética y lo siga, y solo viva al aventón, sin compromiso ni responsabilizándome de mis acciones y omisiones?, acaso tengo miedo de las consecuencias, o no tengo conciencia y vivo como cualquier otro animal, que por su misma condición no es posible que entre en un plano de justicia, ética y conciencia y por lo tanto no sea responsable de sus actos. La sociedad está aquí, de nada le ha servido la religión la cual se jacta de tener gran cantidad de seguidores, de nada servirán las instituciones educativas si no somos capaces de iniciar nuestra propia educación civilizadora, no puedo empezar creyendo o queriendo que sea el otro el que inicie el cambio de actitud, yo voy primero. La pregunta es: ¿podemos educarnos para vivir como humanos?.