Reflexiones
Por: Francisco Alfaro
POLICÍAS DELINCUENTES:
No se conoce en México un modelo que haga de los policías
personas preparadas para hacer justicia, se observa que la mayoría de ellos,
está dispuesta a descargar sus frustraciones en contra las personas que son
detenidas y las golpea. Que está dispuesta a bolsear y plantar evidencias en la
población indefensa, también se observa que muchos ministeriales piden dinero
por mover un caso, por dar información sobre los procesos, o que detiene a
personas y les achacan delitos, con esto toda la población está expuesta a ser
puesta como culpable sin serlo, también se logra ver que los policías de tránsito
andan buscando a quienes no tiene verificación o a los vehículos de otras
entidades, para en caso de encontrar alguna infracción extorsionarlos, con lo
anterior no solo se observa claramente la violación de los derechos
fundamentales del ser humano, también se ve la gran corrupción de los cuerpos
policiacos que nada tienen que ver con los fines para los que fueron creadas.
La policía está destinada para disuadir, prevenir, evitar
que se cometan los delitos, está para investigar, ocupando los elementos
científicos, psicológicos, y que con evidencias prueben, junto con los
ministerios públicos la culpabilidad de alguna persona, pero estando en México,
bajo este régimen, con estos políticos y con una población no organizada, sin
interés por la política, es decir, sin interés real sobre cómo se conducen los
destinos de la comunidad y mucho menos de la conducción del país, no podremos
ver muchos policías eficaces, ya que la mayoría trata de impresionar ostentando
armas y un físico brutal o una placa que dice lo que no son.
Un policía previene, protege, orienta, investiga, se
prepara, es ético, ayuda a la población, cumple con las normas, es persona
digan de confianza, se compromete con la comunidad, detiene a quienes cometen
actos ilícitos y los presenta a las autoridades correspondientes para que sean
ellas quienes impongan una sanción, todo sujeto que no cumpla con las normas
antes mencionadas no es un policía, es un delincuente con placa, solapado por
otros delincuentes que se benefician con los actos ilícitos, esto es
delincuencia organizada, donde son participes gobernantes, sea Presidente de la
República, Gobernador, presidente municipal, juez de cualquier nivel, ministerio
público, jefes policíacos.
Muchos delincuentes asisten con jueces para obtener un
amparo, con lo que a criterio de los jueces no deben de ser detenidos,
comparable a tener un fuero y delinquir impunemente como lo hacen muchos
individuos con fuero. Es difícil confiar en la policía y en el fallo de los
jueces, no podemos ver el pasado como mejor, tenemos que ver lo que hay, con
que contamos pero sobre todo con quien contamos para nuestra protección, por
ello aun cuando un órgano de seguridad para la población se ostente como
ciudadano, no es tal si no hay una fiscalización externa que los vigile. Lo que
debe de calificar al policía y su labor es la eficacia con que cumpla su deber,
y con la percepción de seguridad que tenga la población, con lo que tendría que
recibir una atención psicológica integral, junto con un salario que le permita
vivir honorable y honestamente, aunado a esto un seguro de vida que permita en
caso de fallecer en cumplimiento de su deber el sostenimiento de su familia.
Hasta que esto sea real la población debe promover su propia seguridad.