Ciudad de México, a
20 de mayo de 2021.
La ubicación en Sonora del yacimiento de litio más grande
del mundo, material básico en la fabricación de baterías para vehículos
eléctricos, no sólo abre la gran posibilidad de transformación del transporte y
movilidad de nuestro país, sino que puede convertir a México en una potencia
económica mundial ya que ahí se encuentra un yacimiento de alrededor de 243.8
millones de toneladas del químico.
Arturo Cervantes Trejo, presidente de la Alianza Nacional de
la Seguridad Vial (ANASEVI), dijo durante el 12º Congreso Internacional del
Transporte (CIT 12), que organiza la Asociación Mexicana de Transporte y
Movilidad (AMTM), que “México puede volverse una potencia mundial por los
depósitos de litio que han sido descubiertos recientemente y considerados
dentro de los más grandes del mundo. Y las baterías tienen un aprovechamiento
multinivel y una utilidad enorme para todo tipo de transporte y de movilidad en
nuestro planeta”.
El mundo está en una transición energética, el litio es la
base de los baterías de los automóviles eléctricos, por ser un material con
mayor densidad de energía por peso y volumen y por la creciente demanda de
baterías de litio recargables por su mayor vida útil, tiempo de almacenamiento,
menor peso, funcionamiento, alta capacidad y diversos usos en el desarrollo de
las industrias de comunicaciones, electrónica e informática.
El también miembro activo de la Alianza para la Prevención
de la Violencia de la Organización Mundial de la Salud, subrayó que la clave
para cumplir con las contribuciones previstas en el Acuerdo de París, es la
electrificación del sistema de transporte: “Tenemos una gran oportunidad en
este tipo de movilidad y en los vehículos eléctricos. Debemos avanzar rápido en
ese campo para ser líderes regionales en colaboración con el sector público y
el sector privado”.
Por su parte, el maestro Bernardo Baranda Sepúlveda,
director en Latinoamérica del Instituto de Políticas para el Transporte y el
Desarrollo (ITDP), por su parte, destacó que “la motorización y la
contaminación aumentan mucho el riesgo para la salud pública. Entonces, lo que
debemos buscar es aumentar la accesibilidad de la población, es decir, cómo
hacemos que sea más fácil, más corto, más agradable, más barato llegar a
nuestros destinos”.
Indicó que se requieren medidas integrales para lograr una
redistribución del tiempo: “La reflexión es: ¿cómo aprovechamos esta crisis
para aumentar la accesibilidad? ¿Cómo podemos hacer más esquemas de
teletrabajo, horarios escalonados?”
Agregó que, por ejemplo, ahora en París “están impulsando
mucho esto de la ciudad de los 15 minutos, entonces, ver cómo podemos hacer que
la necesidad de recorrer largas distancias y a las horas pico sea menor. Ese es
el gran reto hacia el futuro”.
Existen propuestas de cambiar la modalidad o volver a la
intermodalidad, donde caminar y andar en bicicleta se vuelva rutinario; además,
tiene efectos colaterales positivos para la salud de los individuos porque
somos un país donde los índices de obesidad y de diabetes y síndrome metabólico
deben disminuir con el ejercicio y los cambios en la actividad del ser humano.
Destacó que en los últimos años hubo un incremento en el uso
de motocicletas al pasar de 400 mil unidades en el año 2000 a casi 5 millones al
día de hoy, lo cual se incrementó aún más durante la pandemia, por el aumento
de pedidos a domicilio y las facilidades de compra, ya que con 200 pesos
semanales se pueden obtener las unidades.
Añadió que un avance en la Ciudad de México, fue la primera licencia
tipo “A” para motociclistas, con estándares de educación vial, así como
conocimientos y habilidades que antes no había y que debe extenderse a nivel
nacional.
Al participar en la mesa “Transporte, medio ambiente y
salud”, Jorge Villarreal Padilla, director de Política Climática de la
Iniciativa Climática de México (ICM), señaló que durante 2020 se observó una
reducción en los niveles de emisión, sin embargo, no fue una solución
sostenible pues se derivó del confinamiento social durante la pandemia.
“No es sostenible de ninguna forma y bajo ningún escenario
estos niveles de reducción de emisiones que tuvimos en el 2020. Evidentemente,
requerimos reorientar los subsidios a combustibles fósiles hacia un cambio
modal en el transporte sustentable, seguro, digno y eficiente. No podremos
reducir las emisiones en el sector transporte ni garantizar que no exista un
rebote si no hacemos más eficiente la flota vehicular que tenemos en este
momento”.
Destacó que se requieren aprobar las normas de eficiencia vehicular que están actualmente en la discusión y es urgente impulsar políticas públicas de acceso universal a energías limpias. “No tenemos por qué detenernos ante iniciativas o políticas contrarias a las necesidades de la sociedad”, finalizó.
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