Hay dos poligrafistas en el estado para más de seis mil
elementos, dice el general Bibiano Villa. Además, nuestros policías están entre
los peores remunerados de país, según reportes federales
Por Luciano Núñez / Luces del Siglo
México, D. F., a 14 de marzo de 2012.- Los exámenes de
confianza para policías no son una garantía. Así lo dejó entrever el general
Carlos Bibiano Villa Castillo durante la comida privada con miembros de
asociaciones civiles contra la violencia, el pasado viernes 2 de marzo en las
instalaciones del C-4 en Cancún.
Seguro de lo que decía, el titular de la Secretaría de
Seguridad Pública en Quintana Roo, respondió así a los comensales que pedían
explicaciones sobre los bajos índices de evaluación de confianza a funcionarios
registrados en el estado, que de acuerdo a cifras federales ocupa el último
lugar del país y tiene de plazo hasta el próximo 31 de diciembre para aplicar
los exámenes de confiabilidad a los más de seis mil elementos de la corporación.
“Ése es el compromiso que tiene el señor gobernador. Pero yo
lo dudo, le voy a decir por qué: no hay poligrafistas. Un poligrafista
normalmente evalúa entre tres o cuatro elementos diarios, no más; entonces,
para que terminen… va a estar difícil”, confesó el ex militar. El Centro de
Evaluación y Confianza en Chetumal (C-3) sólo cuenta con dos poligrafistas para
tamaña encomienda.
Entre bocado y bocado, Bibiano Villa trajo a colación la
reciente detención de su subalterno, Manuel Cícero Salazar, quien se desempeñó
como subsecretario de Seguridad Pública en la Zona Norte y hoy está detenido y
es señalado de amparar a cárteles de la droga durante su desempeño en la
policía de Torreón, Coahuila.
Ironizó que Cícero haya pasado sin problemas sus exámenes de
control de confianza y que ahora resulta que está vinculado al crimen
organizado, entonces, ¿no lo examinaron bien?
Mientras las asociaciones hoteleras y turísticas
recriminaron la alerta emitida por el estado de Texas en Estados Unidos –para
que los estudiantes eviten visitar México–, la realidad es que delitos como el
secuestro y la extorsión muestran números en rojo en estados de vocación
turística como Quintana Roo y Baja California. El mismo color alerta que el 100
por ciento de las policías (estatales y municipales) de este estado paradisíaco,
no han sido evaluadas por la falta de operatividad del C3, puesto en marcha a
comienzos de 2011, pero que aún no cuenta con personal capacitado ni
suficiente.
Luces del Siglo consultó la opinión de Apolo Domínguez,
abogado egresado de la Escuela Libre de Derecho de Puebla, del Instituto
Nacional de Ciencias Penales (INACIPE) y de la academia del FBI de Quantico
Virginia, EUA, para conocer el grado de exactitud que puede arrojar un examen
de confiabilidad. “Hoy en día no hay un estado de la República mexicana, hasta
donde tengo entendido, que esté fuera del tema. Todos están avocados a los
exámenes de control y de confianza, y es algo ilógico que en Quintana Roo no
los tengamos, se requieren muchísimo”.
El ex director del C4 en la Zona Norte opina que definitivamente
para a dar un buen servicio a la ciudadanía es necesario pasar por estos
controles. “Todos los funcionarios, y más los que están metidos en los sistemas
de seguridad, deben de tratarse con estrictos exámenes”, señala.
Consultado sobre el margen de error que puede arrojar esta
práctica, dice el consultor de seguridad que es mayor al 97 por ciento, de
acuerdo a su experiencia: él es evaluado desde hace 12 años. “Seguro en esta
vida no hay nada, ¿verdad?, pero de ahí en fuera, el 97.3 por ciento son
certeros. Son un método científico, definitivamente”, precisa.
En ese sentido, explica que estos análisis contemplan un
riguroso cuestionario y exámenes médicos y psicológicos, además de químicos y
poligráficos. El más complejo es el último, según refieren especialistas, dado
que existen alrededor de 200 polígrafos en todo México.
Magdalena Alcocer, directora del Proyecto de Causa en Común
A.C., habló justamente sobre la importancia de la evaluación de las policías,
el contar con elementos confiables a los que la ciudadanía pueda volver a
acercarse. “¿Cómo podemos acercarnos ahora?”, se pregunta y responde:
“preparándonos nosotros en un marco de rendición de cuentas, queremos seguir
las acciones que están emprendiendo los gobiernos para saber si los policías
están teniendo condiciones adecuadas”.
Según las cifras que presentó en su visita desde la ciudad
de México, se alarmó porque de aproximadamente 3 mil policías que resguardan a
los ciudadanos cancunenses, más los 3 millones de visitantes anuales, sólo 93
elementos han sido evaluados. “Nuestra obligación como ciudadanos es exigirles
a las autoridades obviamente que cumplan con su deber, evaluando y dando a
conocer a la ciudadanía los resultados. Finalmente, las evaluaciones se hacen
con el dinero de los impuestos que todos los ciudadanos pagamos. Todos los
mexicanos nos merecemos una situación de seguridad distinta a todo lo que está
pasando”, enfatiza.
Para la representante de la AC que promovió la Marcha Blanca
años atrás, actualmente existe un fundado temor que provocó el alejamiento
entre la ciudadanía y la policía. “Nosotros vemos a un policía y lo primero que
hacemos es temblar, y no debería de ser así. Cuando nosotros tenemos un
problema local lo primero que tendríamos qué hacer es tener la confianza de
hablar a la policía y saber que las cosas se van a hacer bien, ¿cómo?, que va a
haber una pena y una sanción a quien inflija la ley”.
Sobre el nivel de infiltración de las organizaciones
criminales en las policías, apuntó que justamente pretenden que estas acciones
generen una policía confiable. “Tienes estados con incidencia delictiva baja
como Aguascalientes, y donde se han hecho esfuerzos mayúsculos de poner cámaras
en todas las ciudades, de cuidar al turismo. Y prácticamente tienen evaluada a
casi toda su policía. Eso demostraría que sí se puede. Hay estados también como
Guanajuato, que en su mayor parte ya tienen evaluada a toda su policía.
Queremos saber qué está pasando en Quintana Roo”.
El número nacional de muertes relacionadas con el
narcotráfico (cercana a los 50 mil según cifras oficiales), y el incremento en
delitos antes aislados en Quintana Roo como el secuestro y la extorsión, han
cambiado la percepción que el mundo tiene de este estado turístico. Cifras del
Secretariado Ejecutivo, un organismo Federal del Sistema de Seguridad Pública
que trabaja con la Secretaría de Gobernación, señala que dos estados
turísticos, Quintana Roo y Baja California, superan la media nacional en cuanto
a secuestros; es decir, la cifra nacional es de 1.14, y Quintana Roo ronda los
2 puntos, mientras que Baja California supera los 3 puntos porcentuales. Lo
mismo ocurre con la extorsión, Baja California ocupa el tercer lugar en la
tabla nacional y Quintana Roo el séptimo, según las cifras publicadas en
diciembre de 2011.
Analistas del sector turístico y especialistas financieros
hablaron de la estrategia de la inoculación “del miedo” de Estados Unidos para
generar que el turismo estudiantil (spring breakers) no cruce las fronteras y
opte por sus propios destinos de playa. Pero la alerta fue específica y
enfocada a la violencia y altos índices de delincuencia que se registran en
México (hay que decirlo, en parte, como consecuencia del tráfico de armas que
viene de Estados Unidos).
La alerta que envió el gobierno texano admite primero: “El
gobierno mexicano ha realizado grandes avances que luchan contra los cárteles,
y felicitamos a su continuo compromiso de hacer de México un lugar más seguro
para vivir y visitar "; pero por otro lado señala: “Sin embargo, la
violencia del cartel de drogas y otras actividades criminales representan una amenaza
de seguridad importante, incluso en algunos las zonas de esparcimiento”. Para
reforzar, el reporte dice que el número de ciudadanos asesinados en México se
incrementó de 35 a 120 en 2011. “Ciudadanos estadounidenses han caído víctimas
de la actividad criminal transnacional, incluyendo el homicidio, secuestro y el
bandidaje. La violación y el asalto sexual siguen siendo problemas serios en
lugares de vacaciones”.
El gobierno federal desde hace unos años intentó cambiar la
percepción internacional de México haciendo un pedido concreto a los medios de
comunicación, sobre todo con relación al manejo de noticias vinculadas al
crimen organizado. Aunque las críticas apuntaban a la censura previa, el
acuerdo fue firmado por algunos medios nacionales en su momento, pero en
Quintana Roo –un estado turístico que vive justamente de la percepción que
transmiten sus visitantes– no ha trabajado en acordar criterios
comunicacionales que no generen el estupor de turistas que, con sólo ver
portadas de sangre que publican algunos diarios locales, no se llevan
precisamente un buen recuerdo de sus visitas a las tiendas de conveniencia.
Rodolfo del Ángel Campos, director general de Seguridad
Pública de Solidaridad, nacido en Chetumal, Quintana Roo, y con 25 años en el
servicio, opina que quienes integren la fuerza policíaca debe ser gente
comprometida, “con vocación de servicio, con perfiles establecidos”.
Por eso afirma que se debe profesionalizar, dignificar, y
equipar a los elementos. Sin embargo, de acuerdo al parámetro: Promedio
Nacional de Sueldo Menor de Policías Estatales, Quintana Roo figura por debajo
del promedio nacional, con 4.894 pesos quincenales, penúltimo en el país, sólo
superado por Tamaulipas. Ya cuando se miden los sueldos: Promedio Mayor de
Policías Estatales, también figura por debajo de la media nacional, con 10.148
para un coordinador operativo. Por ejemplo, Aguascalientes, el estado que mejor
paga a sus comandantes: 25.622, y el vecino estado de Campeche, 28.000,
teniendo en cuenta que para este último caso la media nacional es de 18,672.00.
El mismo Secretariado Ejecutivo ofrece datos del nivel de
avance de los llamados Centros de Evaluación y Control de Confianza, la mejor
manera de verificar si los policías están del lado que deberían. Existen en
todo México 22 centros acreditados, siete en procesos certificados, seis en
proceso de certificación y cuatro centros, entre los que se encuentra el de
Quintana Roo, en proceso de alineación.
El C-3 se inauguró en marzo de 2011, pero será hasta julio
de este año cuando entre en operaciones, según informaron desde el gobierno.
Mientras tanto, las cifras de control de confianza no pasan ni siquiera del
rojo al amarillo. Ante la alerta de Texas, el gobernador del estado, Roberto
Borge, hizo un llamado a “cuidar a México”, la percepción que sobre el país se
tiene en el extranjero y demostrar, con base en estadísticas e información
contundente, que se trabaja fuerte para garantizarla paz social y tranquilidad.
Sin embargo, Quintana Roo se encuentra décimo en incidencia
delictiva, con 10.48 puntos, de acuerdo al reporte de la PGR de enero de este
año. En el caso del estado vecino, Yucatán, la gobernadora Ivonne Ortega salió
a dar cifras y fue contundente: “El índice delictivo de Yucatán apenas llega a
2.3, incluso, menor a países europeos como Suiza, Suecia y Finlandia. Se puede
caminar tranquilamente por las calles a cualquier hora de día o de noche, con
toda confianza”, informó.
Los exámenes de control se impulsaron de manera prioritaria
en el gobierno federal desde que asociaciones como el Instituto Ciudadano de
Estudios Sobre la Inseguridad (ICESI) informaran que, según datos de las
propias procuradurías estatales, en 12 por ciento de los secuestros tienen
participación al menos un policía o ex policía, y la mitad de los exprés fueron
cometidos cuando la víctima abordó un taxi.
“A los policías no les hemos dado capacitación, no les hemos
dado un buen sistema de prestaciones, pero sí les hemos exigido mucho sobre
todo a raíz de los últimos años en que ha habido una explosión de violencia en
México”, dice Magdalena Alcocer de Causa en Común.
Para la profesional de seguridad, la única manera de incidir
es a través del monitoreo; en este caso, y como directora del programa de
Centros de Control de Confianza, están implementando la observación en 16
estados de la República. De acuerdo a su visión, la corrupción es algo que
permea en el imaginario de todos los mexicanos; por eso, lo que se debe
fomentar es una cultura de la legalidad. “No es que los policías sean corruptos
y los ciudadanos sean limpios e impolutos, no sucede así. Para que haya corrupción
se necesita una relación de dos partes: una que la acepte y otra parte que la
fomente”, señala.
Bibiano Villa confirmó que el gobernador envió varias
propuestas para tomar las riendas del C-3, pero la mayoría fueron rechazados.
Recientemente fue nombrado Alberto Álvarez Torres, quien tendrá la difícil
misión de evaluar, con dos poligrafistas, a los más de seis mil elementos que
conforman la fuerza policial de Quintana Roo, cuyos elementos han dejado dudas
ante la constante aparición de narconóminas, balaceras confusas, y detenciones
que manchan la ya deteriorada imagen de la corporación. El mismo secretario de
Seguridad Pública quintanarroense lo dejó claro: “Uno no puede creer que un
policía raso se adueño de un Jaguar”.
Con información de Gonzalo Ramos y Enrique Huerta
POLÍGRAFO
Tiene más de 97 por ciento de efectividad
Apolo Domínguez (abogado, exdirector del C-4 en Zona Norte,
capacitado por el FBI en Virginia, en Estados Unidos) recuerda su experiencia
con el polígrafo: “El poligrafista te invita a acomodarte, te sientas, te ponen
unos cateters en el pecho, en el brazo. Primero calibran el aparato con algunas
preguntas. Juegan un papel importante la respiración y dilatación de la pupila,
donde el poligrafista, o el interrogador, se empieza a dar cuenta de si
empiezas a mentir o no”. Según Domínguez, es toda una ciencia el polígrafo y un
proceso que lleva varias horas, incluso, hay quienes lo hacen en dos días
consecutivos. “Es muy difícil que cuando tengas un examen de control y de confianza
digas ‘he hecho muchas travesuras’, y llegue a salir con 10 el examen, es 97
por ciento posible de que no sea así, o sea, que no lo pueda lograr”, detalla.
Para el especialista, la contratación de un mando de la
policía no puede obedecer a parámetros como: yo creí, yo pensé que se veía buen
tipo. “No podemos basarnos en ese tipo de decisiones. Los métodos científicos
son métodos probados, incluso, están aplicándose a nivel federal como me los
han aplicado a mí en más de 12 años”.
Lo más complejo de la operatividad de los Centros de Control
de Confianza es la capacitación de poligrafistas. “El detalle es que no hay
gente calificada. Y los poligrafistas no se hacen de la noche a la mañana, hay
una escasez total sobre el tema”, refiere. Sin embargo, dice que no es
imposible echar a andar un proyecto que capacite a este personal tan necesario
para avanzar en uno de los temas prioritarios como es la confianza en las
corporaciones.