viernes, 3 de septiembre de 2021

Compartiendo diálogos conmigo mismo

Las sombras de un camino sin horizonte

 

(Hay que hacer del camino, un renacer asiduo; lo importante es motivarse, aclarar y esclarecer las cloacas de estrellas, para abrir la mirada al cielo y rasgar las noches).

 

 

 

I.- Sueños que se fragmentan

 

Después de tantas contiendas y fracasos,

y ante tantas vueltas y revueltas vertidas,

nos toca retornar a las raíces e imaginar,

ese tronco común de un linaje resistente,

que ha de volverse piña y verse bosque. 

 

No hay mayor frondosidad que el darse,

que intensificar la ilusión de continuidad,

que engrandecer de bondad los vientos, 

lo que nos recuerda los sueños vividos,

arrancados en las sombras y en las luces.

 

Nunca rompamos esa unión de señales,

dejemos que los deseos nos renazcan,

que los anhelos aviven lo comunitario,

antes de que las situaciones de soledad,

nos amortajen la esperanza y las cumbres.

 

II.- Conciencias que se destrozan

 

Nuestro gran deber es tomar conciencia,

de lo que soy y quiero ser en el futuro,

de nuestra propia historia de caminantes,

de la presencia del Creador en nosotros, 

de esa voz que nos rehabilita por dentro.

 

El mañana es nuestro, gravita en el hoy

y en el ayer, no lo echemos por tierra.

Jamás desechemos los caminos andados;

la riqueza espiritual y humana, vertida

por nuestros antecesores, como testigos.

 

Trabajemos por mantenernos enérgicos,

en la búsqueda de esa efusión celeste;

activemos la chispa del discernimiento,

que sin sensatez la ciencia es perversa,

no es más que desolación del espíritu.

 

III.- Libertades que se despedazan

 

En un mundo desbordado por las cadenas,

cautivo de modas, ambiciones y dinero,

oprimido el corazón y sin apenas latidos,

Jesús con su obra redentora nos alienta,

nos vuelve a poner alas para vernos libres.

 

Rompamos con los esquemas mundanos,

con la hipocresía de un aparente bienestar,

antes de que dilapidemos toda expectativa,

y fragmentemos de miserias los caminos,

que ir desprendido es ir hacia la libertad.

 

Me niego a que me derriben la autonomía,

a que me derrumben las lamentaciones,

a que me demuelan las muelas tóxicas.

Déjenme mis análogos sentirme liberado;

es un lícito, no una dispensa de algunos.

 

 

Víctor Corcoba Herrero

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