ACEREROS CONTRA DRAGON MART
Hacen un llamado a los gobiernos de México, Estados Unidos y
Canadá para impedir que China y la India se apoderen del mercado del acero,
sembrando la incertidumbre y el desempleo masivo de mexicanos
Por Isela Serrano / Luces del Siglo
Cancún, Qna. Roo., 8
de octubre de 2012.- L– Sería como un tsunami para la industria acerera –, dice
alarmado Alonso Ancira Elizondo, presidente de la Cámara Nacional de la
Industria del Hierro y del Acero (Canacero), ante la posibilidad de que China e
India pudieran apoderarse del mercado nacional de este producto
Sus temores se fundan en la reciente baja del 20 por ciento
en el precio del acero y las más de 600 millones de toneladas que ambos países
son capaces de producir para, si se lo proponen, inundar el mercado
internacional.
Por eso Ancira Elizondo considera que México, Estados Unidos
y Canadá deben hacer un frente común para impedir esa competencia desleal.
En el marco del 2º Congreso de la Industria Siderúrgica
Mexicana, celebrada del 25 al 27 de septiembre en Cancún, el líder empresarial
calificó como un absurdo el que se deban esperan 18 meses para conocer los
resultados de una demanda por dumping.
–¿Si viene un tsunami y nos quedamos 18 meses en la playa,
cómo nos va ir?–, se cuestiona él mismo.
Ancira Elinzondo, quien calcula que en los próximos seis
años la producción de la industria siderúrgica crecerá entre 5 y 6 millones de
toneladas anuales de acero líquido, utilizó la metáfora del tsunami para
explicar el fenómeno global que impacta la economía mundial.
“El tsunami viaja de 280 a 300 kilómetros por hora, pero las
leyes anacrónicas que tenemos en México en comercio exterior viajan a una
velocidad que corresponde a la época de Benito Juárez”, ironiza.
El también director de Altos Hornos de México (AHMSA), la
mayor siderúrgica en el país y una empresa que produce 3.8 millones de
toneladas de acero líquido al año, enfatiza que su planteamiento pretende que
las leyes tengan concordancia con la conectividad del mundo, en donde lo que
pasa en Europa y China tienen un impacto; pero México debe tener una forma de
protección momentánea.
Ejemplifica: Si Pemex va a comprar acero que no lo traiga de
China, estamos pidiendo que si están haciendo una presa en Zapotillo no traigan
el acero de la India. En el caso de Estados Unidos, si va a una salvaguarda,
nosotros tenemos que pegarnos porque somos el mismo mercado.
“No estamos pidiendo ‘chichi’, estamos diciendo que si el
vecino lo hace, nos dejen hacerlo también a nosotros”, dice.
Hace unos días, el presidente de Estados Unidos y candidato
a la reelección, Barack Obama, advirtió que ha tomado medidas para frenar la
competencia desleal de China en el comercio. Enfatizó que su gobierno inició un
procedimiento contra ese país ante la Organización Mundial de Comercio (OMC)
por considerar que el gigante rojo subsidia ilegalmente las exportaciones de
autopartes y otras.
Interrogado sobre la polémica construcción del proyecto
Dragon Mart en Cancún que, con 3 mil 40 locales, busca convertirse en un centro
de distribución de productos chinos para toda América Latina, Alonso Ancira
Elizondo aclara que no tiene nada contra China pero si lo que va a establecerse
es una ensambladora de productos chinos, el Dragon Mart es una amenaza para el
país.
“No estamos contra los chinos, pero tenemos que trabajar con
sistemas aduanales que nos permitan tener la actualización y la fortaleza para
responder ante la globalización. Estamos tratando de defendernos en un mundo
globalizado con normatividad que viene del pasado”, subraya.
La globalización se ha ido expandiendo en los últimos 60
años, pero las leyes aquí en este país siguen a caballo para hacer frente al
tsunami rojo.
En ese sentido, el líder advierte que China no es una economía
de mercado. “Si buscan datos de China y preguntan cuál es el costo del acero,
no hay información. En internet la información disponible en sus páginas
oficiales está en chino, no podemos saber nada de ellos”, expone.
Y denuncia: “No hay forma de que sepamos sus costos,
subsidios ni pagos. Estamos hablando de que las prácticas desleales tardan 18
meses en comprobarse. ¿Qué pasa si esos señores nos mandan 17 millones de
toneladas de acero? Desaparecemos”.
Ancira Elizondo señala que los barcos emplean acero o agua
para cargarlos cuando van vacíos o con un volumen alto pero sin peso, como en
el caso de pañales. Abunda en que, si los contenedores para arrastrar un barco
transportan acero y, sobre esto, autopartes, refrigeradores y línea blanca, se
afecta a otras industrias. “Si nosotros caemos, ellos caen 50 por ciento. Está
ligada toda la cadena”, añade.
“En Monclova se hace el 70 por ciento de los carros de
ferrocarriles de Estados Unidos por la mano de obra y porque hay acero. Si me
desaparecen, esos señores cierran 24 horas después”, calibra el también
director general de Altos Hornos de México, quien alerta que a los daños se
sumaría la pérdida de miles de empleos.
No a la tasa cero. En entrevista con este semanario, Tereso
Medina Ramírez, líder nacional de la industria siderometalúrgica, explica que
luego de que la Cámara de Diputados de la LXI Legislatura aprobara y reformara
la Ley de Amparo, el gremio que dirige se amparó de forma colectiva contra la
decisión del gobierno federal de permitir la tasa cero a la importación del
acero que entró en vigor a partir del 1 de enero de 2012.
“Ante una de las decisiones unilaterales que tomó el
presidente Felipe Calderón, a través de la Secretaría de Economía, de abrir las
fronteras de México y permitir el ingreso de acero de países rusos, chinos e
indios, nos amparamos.
“Sentimos que esta medida fue una grave decisión. Acudimos,
por primera vez en la historia del país, a un amparo colectivo. Ganamos; a
finales de febrero se nos otorgó la constancia de la suspensión definitiva de
los aranceles que el gobierno mexicano había permitido. Lo que hicimos fue
tratar de detener al tsunami”.
Para dimensionar el impacto en materia de empleo que la
medida presidencial provocó, el líder sindical cita un estudio elaborado por el
Instituto Tecnológico de Monterrey que revela que por cada punto porcentual que
se dejó de cobrar a partir de enero, México perdió la posibilidad de generar
más de 3 mil empleos, por mes.
“Perdimos por lo menos 60 mil empleos, no se generaron por
este tsunami que el gobierno federal, a través de la Secretaría de Gobernación
permitió”, remató Medina Ramírez, quien aclaró que la industria del acero no
busca el proteccionismo.
En su opinión, con el Dragon Mart Cancún se corre la misma
suerte. “Por eso estamos pensando en que debe crearse una política industrial
que no existe, que se haga una Ley de Contenido Nacional donde, por ejemplo, de
todos los insumos que se necesitan para producir el acero, por lo menos 60 ó 70
por ciento se produzcan en México. Y así se eleve la producción de empleos”,
sugiere.
“Lo que estamos haciendo es que no nos roben la industria
que es nuestra. De otra manera nos podríamos lamentar dentro de tres o cinco
años, pensando que la piel era nuestra, como nuestra fue la industria del
zapato y (los chinos) se la llevaron, como fue la industria de la mezclilla,
como fue la del juguete. Hoy vienen por el acero, por eso la alianza debe ser
muy fuerte, para defender como mexicanos nuestra industria”, advierte.
Además, resulta insignificante el número de empleos que se
generan con esa apertura desmedida o desventajosa de prácticas desleales. Por
un lado, a los inversionistas mexicanos y extranjeros con los que tiene acuerdos
comerciales, México les cobra impuestos y aranceles, y acá la práctica desleal
es que a China o India no les están cobrando nada.
“Lo dramático es que todo el dinero que ha dejado de
percibir a cambio de nada, hubiera servido para construir escuelas, hospitales
y más infraestructura para elevar la competitividad de México”, valora.
Si en el tema del Dragon Mart, los chinos vienen a Cancún
como turistas, bienvenidos, y añade que “si vienen a apropiarse de nuestras
industrias de telas, del vestido o de la artesanía, debemos verlo con cuidado.
Si yo fuera de aquí, ya estaría promoviendo el siguiente amparo colectivo para
defender nuestra industria”.
Ni los industriales ni agremiados del acero están en contra
del libre comercio, ni la libre empresa, sino contra ofertar a México a cambio
de nada. “Nos podemos lamentar el día de mañana, si dejamos entrar empleos
chinos, ellos para competir no van a dar prestaciones y alguien va a pagar los
platos rotos”, prevé Medina.
Y es que cuando los chinos importaron zapatos, los tenis ya
los traían fabricados y eso vino a quitarle empleo a millones de mexicanos.
“Si permitimos el ingreso de toneladas de acero, cuántos
empleos nos quitarían, cuando tenemos toda la posibilidad de defendernos”.
A juicio de Medina Rodríguez, de lo que se trata es que
México participe en este gran mercado global, pero en lo que no está de acuerdo
es que “se nos venga el mundo sobre nosotros y no hagamos nada por México”,
sostiene.
Hecho en México. Sergio Cervantes Rodiles, presidente de la
Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), considera
que el proyecto Dragon Mart Cancún es una oportunidad y, como líder nacional de
los industriales, pediría espacios para la comercialización de los productos
hechos en México.
–¿No hay un riesgo para la industria mexicana?
–Creo que tenemos que competir con equidad, por eso
(buscamos) platicar con el gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge, porque
creemos que los productos mexicanos deben tener presencia. Queremos sentarnos y
platicar con él. Tener un diálogo amable para lograr objetivos y beneficiar a
toda la sociedad y toda la industria de México. Ahorita todos están a la
expectativa sobre este tema: el presidente del vestido, el presidente de los
textiles, los agremiados de Concamin; todos.
Hasta el cierre de esta edición, la reunión aún no se había
celebrado.
Ante más de 350 integrantes de la cadena productiva del
sector a nivel nacional e internacional, productores, transformadores y
distribuidores del acero, así como constructores y ejecutores de obra pública,
Ildefonso Guajardo, integrante del equipo de transición del presidente electo,
Enrique Peña Nieto, indicó que en el marco de la alianza estratégica con
Estados Unidos y Canadá es necesario fortalecer y eficientar el combate del
contrabando, la subvaluación y la triangulación de mercancías para generar condiciones
justas para el mercado nacional.
Afirmó que las últimas estadísticas muestran cómo las
exportaciones de manufacturas mexicanas avanzan en el mercado estadounidense,
mientras los productos chinos relativamente disminuyen su competitividad, “pero
en el mercado nacional observamos que las importaciones de Rusia, China y otros
países nos hacen un grave daño por la falta de control a la competencia
desleal”.
El próximo gobierno de la República, destacó, ofrecerá una
reconceptualización integral de lo que debe ser una política industrial
entendida como una política de fomento. Adelantó que se fortalecerán pilares en
diversos rubros para apoyar a los sectores manufacturero y de comercio y
servicios.
“No podemos pedirles que compitan exitosamente en los
mercados nacional e internacional, si los mandamos con un pie y una mano
amarrados, sino que les tengamos que dar condiciones parejas de competencia con
otros productores, para que alcancen los mejores niveles de éxito”, sostuvo
Guajardo Villarreal.
Y mientras en México diversas voces y actores buscan ponerse
de acuerdo, China extiende sus tentáculos para conquistar el nuevo orden
mundial del siglo XXI.