Por Francisco Alfaro Ramírez
INDICE METROPOLITANO DE LA CALIDAD DEL AIRE (IMECA)
La novedad para las ciudades con altos índices de
contaminación fue a mediados de los años ochentas, la medición de las
partículas suspendidas en el aire como: ozono (O3), partículas menores a diez
micrómetros (PM10), dióxido de azufre (SO2), dióxido de nitrógeno (NO2) y
monóxido de carbono (CO).
Saber que contaminantes y en qué medida perjudican la salud,
evitar su acumulación manteniendo un programa permanente que monitoree la
calidad del aire que respiramos, con esta información, dar aviso a la población
y en especial a las escuelas para que los niños no realicen actividades al aire
libre, eran el objetivo primario de la medición del índice de la calidad del
aire.
Pero con el tiempo dicho programa degenero y lo que en un
principio tendría como fin evitar los males que la contaminación provoca, se
convirtió en un negocio donde priva la corrupción, y lo peor es que todos
contribuimos para que esto suceda.
Los ciudadanos hemos aumentado la cantidad de vehículos, por
su parte los gobiernos han hecho las ciudades no para los peatones, sino para
un sistema de ríos de concreto y asfalto para los vehículos, el sistema de
transporte público avanza poco a poco y la contaminación generada por
embotellamientos mala sincronización de los semáforos, constantes
manifestaciones, accidentes y cierre de vialidades, aumenta escalofriantemente
la cantidad de contaminantes.
No hemos recibido la información ni el escarmiento necesario
para bajar de manera colectiva la contaminación, de hecho las últimas
investigaciones han demostrado que algunas de las partículas contaminantes al
ingresar a algún organismo, pueden mutar, es decir cambiar dentro del organismo
y convertirse en cáncer, lo que hace de la contaminación un riesgo para todos.
Los famosos verificentros permiten que vehículos
contaminantes pasen por buenos y venden los hologramas, con grandes ganancias,
he aquí la falta de acción por parte del ciudadano que tiene algún coche
contaminante, por otro lado los gobiernos hacen como que no ven y permiten la
corrupción.
El hecho es que se paga cada seis meses por verificaciones
que en nada resuelven los problemas de contaminación, y al contrario se
mantiene un constante aumento de contaminantes, en México se siguen utilizando
gasolinas con altos contaminantes, aun cuando se pagan a precios de oro y en un
constante aumento mensual del precio de la gasolina y el diesel, entonces de
que sirve ser un país petrolero.
Lo cierto es que sin hacer un uso racional de nuestros
recursos nos veremos obligados a invertir en medicamentos para curar los daños
causados por enfermedades que podríamos evitar si dejamos de contaminar y
dañarnos.
El mundo ha hecho un culto irracional por el automóvil, la
individualidad, el consumo de productos contaminantes, la comida rápida, el
desapego a la educación de los hijos. Hemos visto que de manera cotidiana
seguimos destruyendo y consumiendo a la naturaleza.
Nos queda mucho por hace y más porque tenemos un gran
compromiso por cumplir, puesto que tenemos que preservar el mundo para
entregarlo a quienes hoy son niños y el ejemplo que hoy les damos será nuestro
legado para las generaciones por venir.
La pregunta es: ¿Podemos mejorar nuestra casa que es este
mundo?
Por supuesto tú tienes la mejor opinión y la mejor acción.