sábado, 2 de junio de 2012

Columna


Reflexiones
Por: Francisco Alfaro

A PROPÓSITO DE UN CRIMEN EN EL MUNICIPIO DE NEZAHUALCOYOTL.
En San Agustín, una zona marginada a orillas del municipio, colindante con el municipio de los Reyes, una madre le saca los ojos a su hijo de cinco años, el motivo es que no quiso cerrar los ojos en un seudo-ritual.
En México la religión fue implantada con la espada y el terror. La idolatría que en un principio 12 frailes franciscanos que enviados por el papado intentaron eliminar, dio como resultado otro tipo de idolatría, la cual se reforzó al dar inicio las apariciones de entidades metafísicas, las cuales fueron las representantes nacionales de la nueva religión, los grupos fanáticos y religiosos desde entonces han aparecido por todo el país, recordemos la violencia religiosa de Chalco en San Pedro y San pablo Atlazalpan.

El crimen al que me refiero puede denominarse como un hecho excepcional, un hecho aislado, un caso extraordinario que no tiene precedentes en la historia del país. Pero recordemos que cualquier brote religioso fanático entra en el plano de la intolerancia, cualquier gobierno teocrático, grupo teocrático o creyente fanático es intolerante, y también tenemos que ver que existe la manipulación e interpretación religiosa.

Pero éste acto fanático ésta fuera del ámbito religioso, queda en violencia intrafamiliar donde siempre será el más débil, el más indefenso, el más ignorante la victima de la intolerancia. Un hecho de violencia en contra de una persona indefensa, lo cual nos lleva a pensar cuantos actos de violencia realizamos contra los más débiles, todo esto en nombre de mi verdad, de mi creencia, sea religiosa, sea política o la que sea.

Solo en un país con un alto grado de ignorancia mantiene un alto índice de violencia en contra de todos, pero sobre todo en contra de los más vulnerables, la violencia intrafamiliar sigue siendo el pan de cada día, no solo en las zonas pobres, también en zonas de alto poder adquisitivo. Dicha violencia no solo es física, también es psicológica, es económica y tiene muchas variantes, por lo que será un gran logro que el país deje la violencia y se proteja realmente a las personas más vulnerables, como son los niños, las mujeres, las personas con algún retraso mental, los ancianos, los indígenas, las indígenas, quienes tiene alguna atrofia física, nuestros niños de la calle, los huérfanos, las madres solteras, los grupos homosexuales, las sexoservidoras, en fin hace falta una gran campaña contra la ignorancia, contra el fanatismo propio, contra la violencia que recibimos y que generamos.

Hoy un niño se volvió noticia, por un acto negativo muy reprobable, pero que hacemos por evitar la violencia contra nosotros, dentro de nuestra propia familia, dentro de nuestro propio entorno, dentro de nuestra propia comunidad. Podemos arrepentirnos de nuestra violencia, pero sus consecuencias dañan por mucho tiempo. Las preguntas son: ¿Qué hago para no volcar mis frustraciones en otro? ¿Hago algo para evitar la violencia dentro de mi familia? ¿Por qué permito la violencia?  Tú tienes la mejor respuesta.