“Gobierno compartido": Beltrones
Gane quien gane, al nuevo presidente de la República le
tocará emprender alianzas con las diferentes fuerzas políticas, para poder
avanzar en la agenda legislativa, considera el senador Manlio Fabio Beltrones
Rivera
Por Agustín Ambriz / Luces del Siglo
Cancún, Qna. Roo.- A ritmo paralelo de la contienda electoral, el senador
priísta Manlio Fabio Beltrones Rivera avanza en la instauración de un “gobierno
de alianzas”, independientemente de quién vaya a ser el próximo presidente de
la República.
Sacrificado en la contienda interna para la candidatura
presidencial priísta, con lo que dejó libre el paso a Enrique Peña Nieto, el
senador sonorense siempre dejó en claro que sería un “hombre útil” y que
lucharía hasta ver cristalizado su proyecto de nación con un gobierno
compartido.
Su proyecto parte del consenso legislativo a que llegaron
los legisladores en la primavera de 2011 y que gira en torno a que el próximo
presidente de la República, al inicio del sexenio, acuerde con las distintas
fuerzas políticas el compromiso de ir juntos en el Congreso en reformas
previamente acordadas, pero sin que ello implique el reparto de las carteras
del gabinete, pues éstas correspondería nombrarlas al gobierno legalmente
electo.
La idea es que el nuevo gobierno pacte por tres años, hasta
las elecciones intermedias, pero con la posibilidad de que dicho pacto se
extienda los otros tres años de gobierno más.
Como complemento se acordó la ratificación del gabinete por
parte del Senado, lo que en su opinión generaría “contrapesos” para evitar
excesos por parte de un gobierno.
El objetivo principal de todas estas propuestas es
fortalecer el poder ciudadano, según el senador, a través de las famosas
“cartas ciudadanas”, que incluyen candidaturas independientes, iniciativa
ciudadana de las leyes y consulta popular.
Con ello, añade, los ciudadanos habrán de disponer, tan
pronto como la legislación secundaria lo permita, de nuevos instrumentos
legales para enriquecer la gestión de los asuntos públicos, con un mejor
desempeño, transparencia y rendición de cuentas.
Otro punto en el que caminaron los senadores durante los
consensos en la primavera de 2011es dejar a los Congresos locales la decisión
de establecer las bases de la elección de legisladores locales y los
ayuntamientos, de manera que, si la soberanía estatal lo considera, podrá haber
reelección consecutiva de estos cargos.
No obstante todos estos avances que se dieron en la Cámara
Alta, fueron desechados por la Cámara Baja, por lo que no todo obtuvo el rango
de ley. Los principales opositores a las modificaciones fueron los propios
diputados correligionarios del senador Beltrones Rivera.
Detrás de esa negativa estuvo la mano del equipo del
candidato presidencial Peña Nieto, quienes no están de acuerdo con que el
próximo presidente deba compartir el poder con las otras fuerzas políticas,
incluidas las del propio PRI.
Por eso ahora, desde su postura como segundo hombre fuerte
del PRI a nivel nacional, el actual líder parlamentario en el Senado de la
República y quien sin duda será el próximo líder priísta en la Cámara de
Diputados, cabildea ya con otros compañeros candidatos a diputados para
sumarlos a su proyecto de “cogobierno”.
¿Qué implica esto? La “apertura del régimen presidencial”,
responde el constitucionalista Diego Valadés en el prólogo dedicado en lo que
considera como el “manifiesto político” de Beltrones Rivera titulado La vida y
la política.
“Lo que está planteando (Manlio Fabio) es superar la tesis
conforme a la cual quien gana la Presidencia tiene el poder completo y lo
ejerce en solitario”, expone Valadés.
El senador Beltrones alude a la celebrada expresión de Jesús
Reyes Heroles cuando en 1975, cercano el momento de la elección del candidato
presidencial, sostuvo que “primero es el programa y luego el hombre”.
Con este ejemplo, expone Valadés, el senador Beltrones nos
dice es que sea quien fuere el candidato de su partido, e incluso el
presidente, lo que debe contar es el compromiso con un programa.
“Un dirigente político tiene la responsabilidad de
justificar su lucha mediante un proyecto democrático y una estrategia adecuada
para llevarlo a cabo”.
Valadés interpreta que en cuanto a la política, para
Beltrones Rivera la clave está en una certera expresión: “reformar significa
distribuir el poder”.
Las circunstancias históricas explican por qué la
Constitución de 1917 impuso un poder muy concentrado, comenta el
constitucionalista. Pero en el curso de las décadas, la sociedad ha evolucionado
más que la estructura del poder. De ahí que el senador proponga reformar las
instituciones, lo que incluye “la apertura de la régimen presidencial”, para
mejorar las condiciones de gobernabilidad, el fortalecimiento del sistema
representativo y la actuación del sistema federal.
“Una visión avanzada de la renovación institucional lo lleva
a advertir la conveniencia de contar con instrumentos constitucionales que
faciliten el respaldo legislativo para un gobierno compartido”, apunta Valadés.
Vulnerabilidad presidencial. En su manifiesto político, el
experimentado político sonorense sostiene que su lucha persigue tres objetivos:
la reforma del régimen político, un nuevo modelo de desarrollo y un nuevo pacto
social.
Algo que le preocupa es la situación de vulnerabilidad
jurídica en que se encuentra actualmente el presidente de la República, que
como institución ha sido despojada de facultades y herramientas que le restan
fuerza y eficacia dentro de la pirámide de poder.
“Actualmente –dice Beltrones– tenemos un problema de
funcionalidad y eficiencia del régimen presidencial que es preciso resolver
mediante innovaciones institucionales para facilitar el diálogo y los acuerdos
que mejor convengan al país.
“No se trata, y hay que subrayarlo, de optar entre un régimen
presidencial o uno parlamentario, tampoco de modificar las facultades del
Legislativo o el Ejecutivo a favor o en detrimento de uno o de otro.
“De lo que se trata es de establecer los puentes de
comunicación, los mecanismos de relación política y los instrumentos de
cooperación y de control que más aporten a la gobernabilidad, los buenos
resultados, la transparencia y la rendición de cuentas a los mexicanos”.
Como el hombre fuerte que indiscutiblemente será en el
próximo sexenio desde la Cámara de Diputados, Beltrones lamentó en su momento
que el Poder Legislativo no haya alcanzado lo necesario para un régimen
político moderno.
Por eso ahora, desde la Cámara de Diputados, el político
sonorense pretende dar cabal continuidad a su proyecto que fue rechazado por el
equipo de Peña Nieto.
En su manifiesto político, Beltrones apunta:
“Habremos de seguir insistiendo en la reformas que me parece
siguen haciendo falta para actualizar nuestro régimen, sobre todo en los que
refiere a la forma de construir una mayoría gobernante.
“Hay quienes piensan que esto funciona con un artilugio
electoral, yendo a segunda vuelta, o bien, estableciendo cláusulas de
gobernabilidad o eliminando el tope de sobrerrepresentación política. Sin negar
que esto sea posible en teoría, no necesariamente resuelve el dilema de la
pluralidad, ni siquiera el de la gobernabilidad, donde de lo que se trata es
gobernar mejor y con respaldo amplio, no de imponer una voluntad a los demás.
Una mayoría electoral no es equivalente a una mayoría gobernante, que requiere,
sobre todo, de consenso y confianza.
“Me parece más apropiado pasar de los gobiernos divididos a
una era de gobiernos compartidos, mediante la figura del gobierno de coalición.
Una coalición gobernante permite agregar respaldo legislativo efectivo y
capacidad de acción a la fuerza política que con mayor número de sufragios
obtuviera la mayoría para integrar el gobierno hasta el siguiente momento
electoral en que debiera aprobarse”.
En opinión del senador, existen varios mecanismos para
impulsar lo anterior, pero lo que es innegable es que se requiere sumar
respaldo político y ciudadano a la buena gestión del gobierno, que es el
significado de la gobernabilidad democrática, muy diferente de aquélla que se
obtiene por el uso de la fuerza o la imposición de unos sobre otros, que
también es gobernabilidad pero de talante autoritario.
Nuestro sistema presidencial, considera Beltrones,
enriquecido con la posibilidad institucional de integrar una coalición
gobernante, tendría la formidable posibilidad de tornar lo que podría ser una
deficiencia de respaldo en una gobernabilidad democrática eficaz, que es un
gobierno con consenso, institucionalidad ya existente en las repúblicas de
Francia, Brasil y Uruguay.
Entre los priístas, el senador Manlio Fabio tiene un peso
específico de influencia. Por eso muchos que lo conocen no lo dieron por
derrotado al pronunciar su discurso para retirarse de la contienda interna:
“Este es uno de los momentos de la vida y la política en que
uno se tiene que decidir entre aspirar a ser una guía importante o ser un
hombre útil. Hoy he decidido no participar en el proceso interno por la
candidatura presidencial, optando por ser un hombre útil al interés de mi país
y de mi partido, al que sueño renovado y liderando la construcción de una nueva
nación próspera y segura”.
Manlio Fabio está de regreso.