CRECE DESCONFIANZA HACIA EL EJÉRCITO
Estados Unidos comienza a dudar sobre la incorruptibilidad
de las fuerzas armadas de México en la lucha contra el narco, aunque hay que
demuestran que esto ya comenzó desde hace años
Por Enrique Huerta / Luces del Siglo
Cancún, Qna. Roo.- Las detenciones de los generales de
división Tomás Ángeles Dauahare y Ricardo Escorcia Vargas, así como del general
brigadier Roberto Dawe González han desatado toda una serie de reacciones.
Sobre todo, desconfianza tanto de la población como de las mismas dependencias
gubernamentales nacionales e internacionales; con señales claras que apuntan a
que el Ejército mexicano se encuentra ya infiltrado – no de hoy, sino desde
hace ya varios años – por los distintos cárteles.
Como reseñó el pasado miércoles, el influyente periódico The
New York Times (NYT) al dar a conocer que con las detenciones de Escorcia, Dawe
y Ángeles, el gobierno estadounidense ha comenzado a observar y a externar su
preocupación por la corrupción que la delincuencia organizada ha filtrado
dentro de las filas castrenses de su vecino del sur; sobre todo, porque semanas
atrás trascendió que ya la agencia antinarcóticos de Estados Unidos había
alertado al gobierno mexicano sobre los posibles nexos de los ex militares
arrestados con el cártel de los hermanos Beltrán Leyva.
El arresto del ex general Tomás Ángeles es todo un
escándalo. Se encargó de las áreas de inteligencia militar y operaciones contra
el narcotráfico de diciembre de 2006 a marzo de 2008, se desempeñó como
agregado militar y aéreo en la embajada de México en Estados Unidos, además,
fue director del Heroico Colegio Militar, así como del Instituto de Seguridad
Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas. Al principio del sexenio
calderonista se le consideró como uno de los aspirantes a dirigir la Secretaría
de la Defensa Nacional (Sedena).
Roberto Dawe González fungió en 2006 como comandante de la
compañía del Cuartel General del Cuerpo de Guardias Presidenciales.
Fantasmas del pasado
Hace unos días, César Gutiérrez Priego y Lilia Esther
Priego, hijo y esposa del general Jesús Gutiérrez Rebollo, respectivamente,
acudieron al programa de noticias matutino de Carmen Aristegui, en Noticias
MVS, para denunciar la serie de irregularidades que pesan sobre el proceso del
general Jesús Gutiérrez Rebollo, arrestado y procesado por enriquecimiento ilícito,
acopio de armas y vínculos con el crimen organizado en 1997, cuando era
comisionado del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas de la
Procuraduría General de la República (PGR).
La familia dijo que hay varias irregularidades que se
presentaron en el caso. Una de ellas se da en 1995, cuando Rebollo dirigió la
operación de aseguramiento de 12 millones de dólares en efectivo en una
aeronave en el estado de Nayarit. El dinero lo entregó al general Tomás Ángeles
Dauahare, en ese entonces secretario particular del secretario de la Defensa
Nacional, para que lo entregara a su vez al general Enrique Cervantes Aguirre,
titular de esa dependencia. Durante dos años el dinero no apareció, sino hasta
el proceso en contra de Gutiérrez Rebollo.
Esta no es la única vez que dicha familia señala a Ángeles
Dauahare como agresor hacia ese clan, ya que César Gutiérrez Priego lo
identifica así: “fue uno de los individuos que nos atemorizó y amenazó cuando
sucedió el asunto de mi padre”; incluso detalla que su nombre clave era
“Alfil”.
En 1997, Gutiérrez Rebollo habría declinado a asistir a la
boda de León de Jesús Zedillo Hernández, en casa de un lugarteniente de Amado
Carrillo Fuentes, a la que acudió la familia del ex presidente Ernesto Zedillo,
incluso custodiados por elementos del Estado Mayor Presidencial, además de los
hermanos José de Jesús, Adán y Luis Amezcua Contreras, que operaban en Colima y
eran conocidos como los “Reyes de las Metanfetaminas”.
Los familiares del militar reseñan que Jesús Gutiérrez
Rebollo estaba investigando la relación Zedillo-Amezcua, incluso que hay
casetes de conversaciones entre los Amezcua con familiares de Nilda Patricia
Velasco –esposa de Ernesto Zedillo, según revela este medio nacional.
Contaron a Aristegui que el general que se encuentra
actualmente en el penal “Del Altiplano”, dirigió tres operaciones para detener
a Amado Carrillo Fuentes, y que resultaron fallidos porque desde dentro del
Ejército se alertaba al capo de las acciones en su contra.
Sólo en una ocasión el general detuvo a Carrillo Fuentes,
conocido como “El Señor de los Cielos”, por posesión ilegal de armas, por lo
que estuvo dos años en la cárcel. Posteriormente, el narcotraficante recuperó
su libertad.
Diplomacia ante todo
A pesar de los escándalos y de los rumores sobre la
creciente infiltración del narcotráfico en las filas del Ejército mexicano,
Mark Toner, vocero del Departamento de Estado estadounidense, admitió: “Estamos
trabajando por medio de la Iniciativa Mérida para fortalecer a las
instituciones de México, con el objeto de que puedan afrontar estas acusaciones
de corrupción”.
“Para algunos (funcionarios) estadounidenses, los arrestos
confirman la vieja preocupación – de la vulnerabilidad a la corrupción – del
Ejército, que ha despertado otra vez preocupaciones sobre qué tan cercanamente
está ligado al cártel (de los Beltrán Leyva)”, detalla el artículo de The New
York Times.
“Ahora, varios funcionarios y ex funcionarios de Estados
Unidos sostienen que el arresto de tres generales y un teniente coronel,
acusados de agregar a sus salarios ingresos provenientes del trasiego de
drogas, ha sacudido a la institución marcial”, subraya el rotativo neoyorquino.