Por Renato Consuegra
México, D. F.- A partir de 1985 Mijail Gorbachov impulsó dos
políticas, una de apertura y transparencia del sistema político que desnudó a
la Unión Soviética (glasnot) y la otra económica (perestroika), con la cual
pretendía una reestructuración para hacer frente a la crisis, pues estaban
sumidos en la corrupción y el atraso.
El monstruo soviético cayó el 25 de diciembre de 1991, día
en que Gorbachov renunció a su cargo y se produjo la disolución de la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y su integración al capitalismo
mundial.
En 1989 cayó el Muro de Berlín y con él la división alemana.
Un año más tarde, Lech Walesa y su partido Solidaridad,
surgido a partir de la lucha sindical, asumieron la presidencia de Polonia para
convertirla al capitalismo.
En México la izquierda dejó de serlo, cuando en 1988 Heberto
Castillo rindió las naves, para favorecer la oportunidad de un cambio de
régimen.
II.- El crecimiento y poderío de una nueva clase política al
interior del PRI —los tecnócratas que llegaron arrasando— propició la salida de
pequeñas células que buscaron espacios de supervivencia en otros proyectos
políticos. La más conocida fue la de la Corriente Democrática encabezada por
Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y Rodolfo González
Guevara, entre los principales.
En 1989 surgió el PRD compuesto mayoritariamente por una
clase política ex priísta, algunas figuras de la izquierda de los años 60 y 70
y cientos de liderazgos sociales— urbanos mayoritariamente— que encabezaban a
vendedores ambulantes, invasores de predios y aspirantes a políticos sin
padrinazgos.
Dentro del PRI quedaron, tratando de formar un contrapeso
desde sus posiciones y controles regionales, los grupos comandados por Luis
Echeverría y Carlos Hank González, sobre todo.
III.- En los años 80 cientos de empresarios, se unieron al
PAN, entre ellos Manuel J. Clouthier, Francisco Barrio, Ernesto Ruffo Appel, Vicente
Fox y otros que formaron un poderoso grupo junto con Diego Fernández de
Cevallos y Carlos Castillo Peraza.
Estos fueron un grupo de presión considerable al gobierno en
turno, que comenzó a negociar con ellos frente a las secuelas de la maltratada economía
mexicana que tuvo en aquellos años su principal crisis, cuando en lugar de
administrar la abundancia, José López Portillo dejó un país en bancarrota.
Al Interior del PAN se formaron dos grupos que dejaron atrás
a un tercero: el de los foristas (Foro Democrático y Doctrinario) compuesto
entre otros por Bernardo Bátiz, Pablo Emilio Madero, José González Torres y
Jesús González Schmal, quienes decidieron salir del PAN en 1992 y algunos
integrarse al recién nacido PRD.
Salvo Clouthier, el resto del grupo de neopanistas decidió
sumarse al gobierno de Carlos Salinas bajo el presupuesto de “legitimación en
ejercicio” y, así alcanzaron el poder gracias a las negociaciones con el
presidente cuestionado, acciones conocidas como concertaciones, mediante las
cuales lograron varias gubernaturas, mientras que los doctrinarios, es decir,
los panistas puros intentaban recuperar terreno.
IV.- A los partidos en México les ocurrió lo que a la Unión
Soviética: sus crisis y luchas intestinas los llevaron a romper los viejos
cánones y en aras de la supervivencia, a perder su identidad e ideología. A los
priístas les cambiaron el nacionalismo revolucionario por el liberalismo
social; los panistas se convirtieron en pragmáticos receptores de prebendas
gubernamentales para compartir el poder y a los perredistas se les olvidó que
serían un referente para la izquierda.
Hoy los institutos políticos sólo son un referente, vamos
pues, un lugar desde el cual competir porque no existe en la ley electoral,
aún, otra forma de hacerlo. Son sólo una especie de cascarón. Si queremos saber
quiénes gobiernan al país, deberemos comenzar a identificar a los grupos de
interés que coexisten de manera transversal en los diferentes partidos porque
hoy vemos que hasta perredistas se convirtieron al priísmo.
Por esto mismo, no deben sorprender las alianzas de Manuel
Espino con Peña Nieto, ni la de Manuel Bartlett con López Obrador, por
referirnos a las más polémicas de los últimos meses. Finalmente Espino es del
mismo equipo de panistas-salinistas que fueron alejados del poder por Calderón,
y que junto con Vicente Fox han hecho campaña anti-Josefina y pro-Peña.
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