EL VALOR HOY DEL VOTO NO DIFERENCIADO
Por Renato Consuegra
México, D. F.- Acudir a la casilla electoral a elegir es un
acto de responsabilidad social y política que conlleva en sí mismo el interés
por la vida pública; asumida la premisa, convierte a quien sufraga, en
ciudadano.
Y como tal, ese ciudadano tiene en sus manos el poder de
decidir, con su voto, el rumbo que debe tomar el país una vez contrastadas las
propuestas. Por esto mismo, el 1º de julio se debe hacer un acto de conciencia
y más allá de la propaganda electoral y los discursos de los candidatos, es
preciso hurgar en lo que hay detrás de cada uno de los proyectos de gobierno.
Es el momento de darle valor al voto, de pensar de manera
objetiva qué proyecto es el que se quiere de país y sufragar por todos los
candidatos de ese partido.
Pero, ¿por qué votar por todos los candidatos de un solo
partido?
I.- El votante en nuestro país comenzó a comenzó a otorgar
un voto diferenciado en 1988 cuando Carlos Salinas perdió la Cámara de
Diputados, aunque la recuperó en 1991 y pudo realizar varias reformas
legislativas con las que pretendió apuntalar el poder de su partido y suyo
propio.
Posteriormente le ocurrió a Ernesto Zedillo en la intermedia
de 1997, por lo que estuvo atado al cierre de su sexenio. Antes Zedillo pudo
pasar con mucha dificultad algunas reformas como el incremento del IVA del 10
al 15 por ciento, festejado en gran forma con la Roqueseñal de su coordinador
parlamentario en la Cámara de Diputados, Humberto Roque Villanueva.
Sin embargo, quienes nada pudieron hacer por tener ya no
sólo la Cámara de Diputados, sino el Congreso de la Unión en contra, fueron los
dos presidentes salidos del PAN.
Cuando Vicente Fox frenó los caprichos, sueños de poder e
intereses particulares de Jorge González Torres, quien intentó quedarse con la
Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, el verde-ecologista impidió
a su partido aprobar las reformas estructurales que el PAN tiene en la mesa 12
años atrás.
Reformas como la fiscal, energética y laboral ahí quedaron,
simplemente como simples esbozos de lo que podría ser el paso de México hacia un
país moderno, que apuesta a valerse por sí mismo, porque sin ellas se mantienen
los bajos ingresos del Estado mexicano, una mediana productividad y
competitividad y un sector energético donde a pesar de ser productor, se maneja
peor que los países sólo consumidores.
Como los partidos en México están lejos de establecer
acuerdos como en los países de gobiernos parlamentarios, con alianzas que
permitan el avance de las naciones por sobre el interés partidista, por el
momento es preciso darle todo el poder a un solo partido, sea para bien o para
mal. Y si fue para mal, cobrárselo en la siguiente elección porque México ya no
puede permitirse más inmovilidad.
II.- Votar diferenciado sólo permitirá mantener una política
de chantajes y grandes beneficios económicos para los diputados y senadores de
partidos como el Verde Ecologista, Nueva Alianza, del Trabajo y Movimiento
Ciudadano, beneficiarios de los “amarres” para poder pasar alguna iniciativa al
partido en el gobierno.
Votar diferenciado provocará, también, incrementar el poder
político de los gobernadores quienes, con un presidente contrario a su partido,
tienen a sus diputados y senadores, por escasos que sean, como moneda de cambio
para negociar mayores partidas presupuestales para sus estados y enriquecer los
bolsillos propios, como hemos visto en varios estados como Coahuila, Veracruz,
Quintana Roo, Tamaulipas, Nuevo León, Oaxaca y algunos otros.
En estos momentos de país, mientras no exista civilidad y
responsabilidad política de los partidos y sus élites, es una prioridad darle
valor al voto, es darle el total beneficio de la duda a cualquiera de los
proyectos y para que demuestren al ciudadano su capacidad o incapacidad para
dirigir al país.
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